Un payaso se hace presente ante los espectadores y les invita a divertirse con él. De pronto aparece una grácil dama trapecista que desatará la verdadera diversión, poniendo nervioso al payaso con un sinfín de juegos alrevesados y riesgosos, que agitarán su corazón ingenuo, dejándonos siempre un dulce sabor de boca. 

Una evocación a la atmósfera ingenua del circo; con actos de trapecio, acrobacia, malabares y clown, rememoramos  el romance clásico de las carpas: El torpe e ingenuo payaso se enamora de la grácil y bella trapecista. Es un un viaje a través de la ternura y el vértigo, lleno de dulzura y elegancia.